En Fraternidad Medellín sabemos que los sueños no siempre caminan… a veces corren. Corren con la fuerza, la disciplina y la esperanza de jóvenes como Deiner Guaitotó Córdoba, un atleta de solo 18 años, originario de Carepa, Antioquia, que cada día demuestra que el talento y el esfuerzo pueden romper cualquier marca.
Deiner es un velocista que no solo desafía los cronómetros, sino también las barreras sociales y las dificultades del camino. Desde muy niño, se enamoró del atletismo y descubrió en las carreras de velocidad una manera de expresar su carácter: decidido, valiente y lleno de energía. Sus pasos lo han llevado a convertirse en campeón juvenil en los 100 metros planos, con una marca de 10.31 segundos, sumando medallas de oro para Antioquia y dejando el nombre de Colombia en alto en escenarios internacionales. Actualmente se prepara con más fuerza para mejorar en velocidad y alcanzar los 10.10 segundos en 100 metros y 20.3 segundos en 200 metros en 2026.
Su talento lo ha hecho brillar en los Juegos Nacionales, en campeonatos regionales y en competencias internacionales como el Iberoamericano sub-18, donde su desempeño confirmó que no solo corre rápido, sino que va por más: por sus sueños olímpicos, por inspirar a otros jóvenes y por demostrar que desde Carepa se puede llegar tan lejos como se quiera.
Para la Fundación Fraternidad Medellín, contar su historia es recordar que nuestro compromiso con las personas trasciende cualquier meta: es sembrar confianza para que los talentos florezcan y las oportunidades lleguen donde más se necesitan.
Deiner, con cada carrera, nos enseña que los sueños tienen la velocidad del coraje y la fe. Que, con disciplina y apoyo, un muchacho de Carepa puede convertirse en orgullo de Antioquia, de Colombia y de todos quienes creemos que el deporte transforma vidas.
Hoy celebramos sus logros como atleta y su proyección deportiva, además de su crecimiento personal que lo lleva a plantearse grandes metas. Estamos felices de acompañarlo y apoyarlo en ese camino que, sabemos, lo llevará a cruzar muchas más metas y a alcanzar ese gran sueño olímpico que lo impulsa a seguir corriendo, cada vez más rápido, cada vez más alto. Ojalá en Los Ángeles 2028.