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Emanuel, invencible 

Emanuel Otálvaro conoció el tenis de mesa en Rionegro, Antioquia, a los 5 años, gracias a que su hermano Federico lo practicaba.

Desde el primer momento, su mamá, Yolanda, supo que Emanuel estaba destinado a cosas más grandes que recoger bolas. El entrenador del Club de Tenis de Mesa, Juan Jiménez, le puso una tarima para ponerlo a prueba. Su estatura no le alcanzaba, pero su talento sí.

A partir de ese momento, las raquetas se convirtieron en las mejores amigas de Emanuel, y poco a poco fue subiendo de nivel.

Todos los días salía del colegio a entrenar con una disciplina admirable, la misma que lo llevó a ganar campeonatos locales, luego nacionales y muy pronto internacionales. Así, a los 8 años ya se había consagrado como campeón suramericano y, a los once años, ya era campeón mundial.

En la lista de países que ha visitado en competencia están Ecuador, Chile, Puerto Rico, España, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia, Corea del Sur, Singapur, Jordania, Jerusalén, Austria, Alemania, Polonia, China y Bélgica. Este año jugó su primer preolímpico por Colombia en Perú, con el sueño de jugar próximamente sus primeros Juegos Olímpicos, eso sí, con la compañía de sus padres, quienes siempre lo han apoyado.

Emanuel es rápido, ágil con la raqueta y, a sus 14 años, ya parece invencible. En Portugal, donde actualmente vive, entrena 8 horas diarias y estudia de manera virtual otras 3 horas. Su sueño es ser campeón olímpico y no va a descansar hasta lograrlo.

A través de la Fundación ADA (Amigos del Deporte Antioqueño), Emanuel es uno de los deportistas apoyados por la Fundación Fraternidad Medellín. Él es un claro ejemplo de que el deporte puede transformar vidas, y que el esfuerzo, la dedicación y la fraternidad siempre nos pueden llevar a cumplir nuestros sueños.

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