A los 7 años, Camila Bustamante ya soñaba con ser la mejor bailarina de ballet del mundo. Alba Lucía, su abuela, quien la conoce mejor que nadie, empezó a notar en ella una pasión y un amor tan grande por el baile que, un día, luego de ver un anuncio sobre las becas de formación del Ballet Metropolitano de Medellín, apoyadas por Fraternidad Medellín hace ya 15 años, decidió llevarla a una audición.
Desde el primer momento, Camila brilló. Con una disciplina y una convicción pocas veces vistas en una niña de su edad, dedicó cada momento libre a ensayos que empezaron a dejar grandes frutos. Todo esto, sumado al permanente y amoroso apoyo de su familia y de sus profesores, la llevaron a tomar una importante decisión: el ballet sería su proyecto de vida.
Hoy, con 14 años, Camila ha logrado conquistar el corazón de la audiencia con su gracia y habilidad en el escenario en montajes tan importantes como Cascanueces y Alicia en el País de las Maravillas. Ha bailado en Cuba, Chile, Miami y Argentina. Pero su historia y sus sueños no se detienen ahí. Gracias al apoyo del Ballet Metropolitano y de Fraternidad Medellín, y luego de una impecable audición, Camila obtuvo un cupo en la Escuela de la Ópera de Roma, un hito para el ballet en el país y un logro importantísimo para ella, ya que esto le permitirá llevar su carrera al siguiente nivel.
Serán 4 años en Italia que le permitirán crecer personal y profesionalmente. Con esta beca, Camila podrá sumergirse en el mundo del ballet clásico y contemporáneo, y trabajar con algunos de los coreógrafos y bailarines más influyentes del mundo. Su objetivo es regresar a Medellín y compartir sus conocimientos y experiencias con la comunidad del ballet local.
Camila, la niña de la sonrisa permanente, la postura adecuada y el corazón más noble, empieza en un par de meses a escribir una nueva historia: la del resultado de mezclar talento, disciplina, determinación, inteligencia, sacrificio y apoyo familiar. Porque ese sueño que tuvo hace unos años está a punto de hacerse realidad, y nosotros estamos muy orgullosos de acompañarla a cumplirlo con el poder de la Fraternidad.